En las noches sucesivas la situación va mejorando, aunque probablemente ya no llorará, será inevitable que se despierte varias veces de madrugada por necesidades fisiológicas; sus inmaduros esfínteres no le permitirán una autonomía de más de 2 o 3 horas.
En estas ocasiones el perrito querrá aprovechar la ocasión para venir a saludaros y porque no, a jugar un rato. Es importante que os mantengáis inflexibles y reprendáis esta conducta insistiendo con firmeza en la vuelta a su cama.
Afortunadamente esta es una etapa muy corta, en unas semanas podréis volver a descansar normalmente y sin interrupciones. Los malos sueños no serán más que una anécdota para contar a los amigos.
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